El yoga se ha ido abriendo paso poco a poco en nuestras ciudades. Desprendido de su aura de misticismo y su olor a incienso, mucha gente se ha lanzado a probarlo y a beneficiarse de sus ventajas: todo el mundo lo puede practicar, trabajas mente y cuerpo, necesitas poco material (sólo tu cuerpo y una esterilla) y… ¡engancha!
Para hablar de yoga y de sus beneficios, hemos charlado con Mercedes de la Rosa, una yogui con más de 20 años de práctica en sus espaldas, que nos ha abierto Zentro Urban Yoga, el estudio de yoga que cofundó, junto con Mónica Ponce, hace más de 10 años en Barcelona, y que recientemente también está presente en Madrid.
¿Cómo empezaste practicando yoga?
Me aproximé a esta actividad por un problema de insomnio que tuve durante mucho tiempo. Alguien me recomendó que lo probara y la primera vez que lo hice, con 18 años, un poco más y me muero. Fue una experiencia horrorosa porque estaba acostumbrada a bailar y hacer actividades más dinámicas. Ahora sé que cuando tienes demasiado ruido interno y te paras, ese ruido se hace más ensordecedor y se vuelve contra tí. A mí me cogieron hasta vértigos. Al cabo de unos años lo volví a intentar porque me recomendaron un tipo de yoga más vigoroso, el Ashtanga Yoga.
Y esa vez algo cambió…
Esa vez sí que conecte y a través de lo físico pude intuir que había algo más allá. El cuerpo fue mi puerta de entrada. Y conseguí bajar ese ruido interno y curarme el insomnio. Entonces me enganché y desde entonces han pasado casi 20 años.
Además de curarte el insomnio, ¿qué ha traído el yoga a tu vida?
Me ha proporcionado -y me sigue proporcionando- beneficios infinitos. De autoconocimiento, de autoconfianza, de vivir con el cambio, de dormir mejor, cero nivel de ansiedad, vivir el presente, amor infinito…
Un nuevo estilo de vida
Sí, yo vivo el yoga como eso, más allá del mat. Cada persona tiene que probarlo e iniciar su propio camino. No puedo asegurar lo que sentirá, pero sí que se sentirá mejor.
Lo que lleva a la gente a hacer yoga es muy variado
Hay quien entra por un dolor de espalda. Otras para ponerse en forma. Otros porque quieren relajarse. El punto de partida puede ser muy diferente, pero todos llegan a saborear la misma esencia.
Es interesante apreciar que con objetivos diferentes se puede compartir el mismo camino, la misma clase, la misma profesora…
Sí, cada uno recorre su propio camino y recoge lo que va sembrando.
Pero ¿aportan beneficios diferentes los distintos estilos de yoga que ofrecéis?
A cada persona le va algo diferente. Por tanto el reto se trata que cada uno encuentre lo que a él o ella le va bien. Todos los estilos que nosotros ofrecemos provienen del Hatha Yoga, por tanto tienen una base física, centrada en las asanas, complementado con relajación y trabajo de la respiración (pranayama). Al final, todos los estilos te llevan al mismo sitio. A la esencia del yoga: unir cuerpo y mente.
Hemos hablado de tu experiencia como practicante de yoga, pero también eres profesora y co-fundadora de uno centro. Háblanos un poco de esta otra vertiente. ¿Qué es Zentro Urban Yoga?
Es una plataforma viva, con dos centros físicos -uno en Barcelona y otro en Madrid- donde ofrecemos diferentes actividades centradas en el bienestar y la salud: clases regulares de diferentes estilos de yoga, unos más restaurativos y otros más dinámicos, mindfulness, pilates, y distintos tipos de talleres, y formaciones para profesores, tanto de yoga en general, como de yoga para niños, yoga para embarazadas… Y todas estas actividades que organizamos en los centros también las organizamos fuera, para empresas, colegios, etc.
Además organizais el Free Yoga by Oysho
Sí, es un proyecto que ideamos ZUY junto a la profesora Xuan Lan-Trinh para sacar el yoga a la calle. Este año vamos a llevar a cabo la sexta edición en Barcelona, quinta en Madrid y primera en Milán. Se trata de una clase magistral gratuita de yoga donde se pueden inscribir centenares de yoguis para practicar con profesionales de primera fila.
¿Por qué creeis que lo que hacéis es especial?
Porque ofrecemos un espacio donde poder desconectar del día a día vertiginoso y estar un tiempo con uno mismo, realizando una práctica de bienestar profundo.
¿Qué tienen en común las disciplinas que ofreceis?
Todas ellas te permiten conectarte contigo mismo: con tu cuerpo, con tu serenidad, con tu calma, con tu bienestar… y que comparten nuestra filosofía.
¿La gente pide este tipo de actividades cada vez más?
Ten en cuenta que empezamos hace doce años y en ese momento el yoga y estas actividades no estaban tan extendidas. Apostamos por el yoga por convencimiento personal. Para las socias fundadoras – y también para un tercer socio que se incorporó un poco después- el yoga ha sido una herramienta tan importante y tan vital en nuestras vidas que quisimos darlo a conocer más y que aportase valor a otra gente. Esa era la base desde donde partimos.
¿Cuál es el perfil del alumno más habitual?
Es muy claro: mujer urbana, activa, muy ocupada. Viene a las clases buscando sentirse mejor, en diferentes niveles: física, emocional, y también espiritualmente.
¿Y qué pasa con los hombres? ¿sigue habiendo más mujeres que hombres en las clases de yoga?
Sí, un 80% son mujeres. Pero cada vez hay más hombres. Antes sólo había algún despistado que se asustaba al ver tanta mujer en las clases.
¿A qué atribuyes que haya menos hombres?
Bueno, esto pasa aquí en Barcelona. En EEUU (Nueva York, Los Ángeles…) hay muchos hombres practicando. Todavía tenemos muchos prejuicios, y los hombres que quieren ponerse en forma hacen bici, corren, nadan, pero no suelen hacer yoga. Ahora bien, los que vienen son muy deportistas y mejoran mucho sus condiciones físicas, de elasticidad, por ejemplo, con la práctica del yoga.
¿Y de qué edad?
Nosotros tenemos clientes entre 24 y 60 años, y cada vez van viniendo más adolescentes. La franja de edad se está ensanchando. Lo bueno del yoga es que lo puedes practicar durante toda tu vida. A parte hacemos muchas actividades para niños que nos sirven para plantar la semilla que crece en el futuro. Tenemos alumnos que vinieron de niños y lo siguen haciendo de adolescentes porque les permite descansar mejor, estar en forma, estudiar mejor… están reconociendo un camino de autoconocimiento.
Como profesionales del yoga y el bienestar, ¿cómo ves al sector?
Está mucho más desarrollado que hace 12 años cuando empezamos. Hoy en día, no hay nadie que no haya oído hablar del yoga. Y ya no se ve como algo “sectario” o extraño, sino que está plenamente normalizado. Es verdad que con otras disciplinas, como el mindfulness, aún hay trabajo de divulgación a realizar porque se cree que es más complejo de lo que es y, en el fondo, es muy sencillo. Se trata sólo de poner atención al momento presente.
¿Cómo ves la calidad de los profesionales del sector?
Hay de todo y cómo en los otros sectores hay intrusismo, sobretodo teniendo en cuenta que es un sector que no está regulado, y no hay unos estándares de calidad.
¿Pensaba que sí que había algún tipo de asociación?
Las hay asociaciones pero muy fragmentadas. Nosotros, por ejemplo, tenemos una formación de profesores que está avalada por una alianza de yoga americana que nos marca un estándar y con esto sabemos que estamos cubriendo unos mínimos. Pero bueno, yo no acabo de creer en estas cosas.
¿Por qué?
No son garantía de nada. A mí cuando me viene un profesional me da igual que tenga cincuenta formaciones, lo que quiero es que me de una clase, porque quiero ver cómo transmite, cómo me corrige, qué está contando, cómo es en la clase… y cómo es fuera de la clase, cómo se relaciona con las personas.
¿Qué te gusta de Meaning?
El problema en Barcelona es la sobresaturación. Hay mucha cosa, de diferente calidad, y muy dispersa. Hay gente muy buena, y gente muy mala. Hay gente que realiza un curso de formación de profesores, y cuando termina, sin tener mucha idea, organiza un retiro y se lleva a quince personas… eso no puede ser. En este sentido, lo realmente importante es la edición y curación de toda está información disponible. Que el usuario pueda encontrar una información de calidad, bien editada, y que pueda fiarse de lo que le recomiendan, una especie de boca-oreja de confianza.
Y eso es lo que hacéis desde Meaning…

Conoce más sobre los mejores profesionales del bienestar

Jordi Romero-Lengua
Soy comunicador social, ambiental y espiritual, y especialista en marketing de valores. Mi interés se centra en la divulgación de iniciativas conscientes con alto impacto de transformación personal y social
---------------------------------------------...